La protección de datos, la intimidad de las personas y los derechos de propiedad intelectual pueden sentirse amenazados por el nuevo dispositivo de Google, unas gafas con conexión a internet, memoria, realidad aumentada y grabaciones de imagen y fotografía.
Esta nueva tecnología supone que cada individuo portará un dispositivo de grabación y difusión de la información permanentemente conectado y dispuesto para el almacenamiento de datos e imágenes de personas, objetos, situaciones, etc. Con Google Glass es suficiente mascullar unas palabras para comenzar a obtener grabaciones, y segundos después, dando la pertinente orden programada, los datos captados ya estarían en Internet. Parece peligroso ¿verdad?
Todavía no se sabe cuando se lanzarán las gafas al mercado (puede que a finales de 2013. Entre sus utilidades, las gafas registrarán la actividad del portador para analizarlos por Google en orden a una mejora de la búsqueda en la web.
En Seattle, un bar ha decidido prohibir su uso ante una posible violación del derecho a la intimidad de sus clientes. En otros locales culturales como salas de exposiciones, cines , teatros, centros de conferencias temen la vulneración mediante grabaciones de los contenidos con derechos de autor.
Recordemos lo que ocurrió con los teléfonos móviles smarphone y iPhone. La primera consecuencia fue la prohibición de su uso en determinados lugares, baños, cambiadores y vestuarios.
La Agencia Española de Protección de Datos no se puede poner a analizar un producto que aún no está comercializado, no obstante han advertido que de ser así, una vez en sea una realidad este artilugio (algunos dirán «del demonio») va a tener importantes repercusiones en la privacidad. La AEPD, llegado el momento, verificará el cumplimiento de la normativa española de protección de datos con la finalidad de garantizar los derechos de los ciudadanos.