Alexa es un asistente de voz que está constantemente encendido para satisfacer tus deseos, pero escucha todo inclusive lo más privado y los datos más personales.
Amazon ha dado un paso más para convertirse en el líder del mercado, y recientemente ha sacado a la venta Alexa, aunque en este momento solo está disponible en Estados Unidos. Alexa es un asistente de voz que está constantemente encendido para satisfacer tus deseos, le podemos encargar desde que nos suba las persianas por la mañana hasta regular la intensidad de la luz si disponemos de un sistema de domótica que nos lo permita, y solamente haciendo que Alexa escuche nuestras órdenes.
En este sentido Alexa es un asistente de voz muy similar a Cortana y Siri, los asistentes de voz de Microsoft y Apple. Pero Amazon cuenta con el añadido de que Alexa no está atrapado en la pantalla de ningún dispositivo, sino que es un producto independiente que lo podemos llevar con nosotros a todas partes. Con esta peculiar característica Amazon se ha adelantado a sus competidores, pero al mismo tiempo ha levantado suspicacias sobre la intromisión a la privacidad que un producto de este tipo puede realizar.
Lo cierto es que un asistente de voz para un funcionamiento eficaz debe estar encendido todo el tiempo, lo que significa que recoge cada una de las palabras, opiniones y datos personales que decimos. Obteniendo con ello información privada de los usuarios que puede ser muy valiosa para diferentes empresas.
Ante esta intromisión de la intimidad, Amazon ha querido desmentir que Alexa almacene la información personal en su base de datos, y que el dispositivo solo lleva esta tarea ante la orden de voz “Alexa”.
Pero, como no podía ser de otra manera, en Estado Unidos ya han surgido las primeras voces críticas sobre privacidad en Internet. Los denunciantes se basan en que el dispositivo de Amazon no sólo se usa para satisfacer las necesidades domésticas y de consumo personal cuando el usuario así lo desea, sino que capta información privada del usuario sin el consentimiento del mismo con el fin de aprovecharse de los datos personales con fines comerciales violando así la ley de privacidad en Internet.
Por tanto, Alexa es un aparato que puede hacernos la vida más cómoda pero que al mismo tiempo nos puede irritar si sabemos que esta las 24 horas del día invadiendo nuestra privacidad. Por mucho que Amazon reitere que no guarda la información en su base de datos sin nuestro consentimiento.