Cada entidad, dependiendo de su tamaño, sector en el que ejerce, y trato con el cliente tiene unos riesgos asociados al cumplimiento de la normativa de protección de datos. En esta ocasión nos vamos a centrar en el pequeño comerciante de la calle.
Floristerías, panaderías, bares, restaurantes, lavanderías, joyerías, tiendas variadas en general manejan datos constantemente de sus clientes. Este es un hecho innegable, todos los negocios, en mayor o menor medida, acceden a los datos de sus clientes o consumidores. Desde una anotación de reserva en una libreta la Ley de Protección de Datos debe cumplirse.
Puestas las bases conceptuales de la normativa, pasemos a responder la cuestión planteada en este artículo del blog: ¿Qué puede pasar a mi pequeño negocio si incumplo la Ley de Protección de Datos?
Partimos de la opinión generalizada de que cumplir la LOPD no reporta beneficios a nuestra empresa o actividad. Aunque esto sería discutible, y argumentable en contrario. Entonces, sólo se hace para evitar las cuantiosas sanciones que puede imponer la Agencia Española de Protección de Datos. Todos los que nos dedicamos a esto de un modo profesional, con la experiencia nos hemos dado cuenta de la verdadera motivación que lleva a un empresario a cumplir esta normativa: el miedo. Y este miedo no está del todo mal fundado, pero no porque la AEPD vaya a presentarse a su puerta exigiendo papeles y pruebas de cumplir con la Ley (que no lo va a hacer), sino porque habitualmente se hacen cosas en el día a día que son un riesgo y en consecuencia un foco de posibles denuncias ante el organismo de control en materia de protección de datos. Entre este listado de riesgos podemos encontrar algunos tan comunes como:
- Uso de papel reciclado de anteriores impresiones. Este «montón de hojas en sucio» está descontrolado, y es factible su entrega a terceros o su difusión a personas no autorizadas.
- No destrucción del papel correctamente. Listados y listados salen a la basura de la calle a diario en España.
- Empleados que se llevan trabajo y datos a casa.
- Ordenadores utilizados por varios trabajadores a lo largo de una jornada de trabajo-
- Mailing personalizado por medios electrónicos (e-mail, whatsapp, sms), para el afianzamiento de clientes.
- Traslado de documentaciones a lugares externos como asesorías, bancos, etc.
- Uso de redes sociales a nivel de empresa.
- Y otros muchos más,…
De ahí la importancia de conocer exactamente a qué se enfrenta nuestro negocio valorando nuestros riesgos y aplicando las correspondientes medidas que los anulan, o cuanto menos los minimizan. Ello supondrá una garantía de continuidad de nuestra actividad comercial.