Sin lugar a dudas, ninguna empresa o producto que pretenda expandirse en las redes sociales puede obviar el cumplimiento de las legislaciones territoriales sobre información personal. Cualquier error en las actuaciones con los usuarios puede tener consecuencias sancionadores en caso de incumplimiento legal. El acceso a las redes sociales no debe ser el punto de partida para cumplir con estas normativas de referencia, ya que si la entidad ya cuenta con la experiencia suficiente en el seguimiento de los preceptos sobre confidencialidad de datos personales siempre tendrá más asegurado el cumplimiento de la LOPD. Ante una crisis de legalidad, no será fácil «llegar y besar el santo», de ahí la importancia de «estar entrenados previamente».
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